A continuación os muestro mi participación al Concurso que ofrece Madresfera sobre el Pueblo Mandarín:
PUEBLO MANDARÍN
Aprender una nueva lengua se convierte en una oportunidad grandiosa para abrir nuestro abanico de posibilidades hacia un futuro donde la multiculturalidad y el plurilingüismo forman la base de la sociedad.
El sistema educativo ha ido evolucionando dando como resultado un aprendizaje basado en la adquisición de competencias. Ya no sólo hablamos de “saber”, estamos hablando de “saber hacer” donde se requiere una aplicación de lo aprendido. Una de las competencias de las que hablamos es la competencia comunicativa.
Cuando estamos aprendiendo una nueva lengua, estamos potenciando y desarrollando nuestra competencia comunicativa, nuestra capacidad para comunicarnos, para expresar nuestros sentimientos u opiniones, pero sobre todo, para hacernos entender. Es por ello que una inmersión lingüística y en este caso, el chino, una de las lenguas denominadas lenguas del futuro, puede ser una de las mejores experiencias para que los más pequeños aprendan una lengua donde se aprende en cada momento, donde la lengua vehicular es el chino y sólo poniendo la lengua en uso es la forma para comunicarnos.
Los niños son como esponjas, eso está más que claro. Por ello es aconsejable realizar una inmersión lingüística desde edades tempranas en las cuales todavía están aprendiendo su lengua materna. Este proceso nos hace pasar de hablar de aprendizaje a hablar de adquisición del lenguaje. La lengua empieza a formar parte de ellos y cada momento en el que los niños se encuentran expuestos a la nueva lengua, ésta empieza a ser adquirida de manera inconsciente.
Como ya he mencionado anteriormente, es la lengua más hablada del mundo y posiblemente será una de las lenguas del futuro. Es por ello que no está de más que nuestros pequeños empiecen ya a adquirir esta lengua y nos adelantemos un poco al futuro.
El sistema educativo ha ido evolucionando dando como resultado un aprendizaje basado en la adquisición de competencias. Ya no sólo hablamos de “saber”, estamos hablando de “saber hacer” donde se requiere una aplicación de lo aprendido. Una de las competencias de las que hablamos es la competencia comunicativa.
Cuando estamos aprendiendo una nueva lengua, estamos potenciando y desarrollando nuestra competencia comunicativa, nuestra capacidad para comunicarnos, para expresar nuestros sentimientos u opiniones, pero sobre todo, para hacernos entender. Es por ello que una inmersión lingüística y en este caso, el chino, una de las lenguas denominadas lenguas del futuro, puede ser una de las mejores experiencias para que los más pequeños aprendan una lengua donde se aprende en cada momento, donde la lengua vehicular es el chino y sólo poniendo la lengua en uso es la forma para comunicarnos.
Los niños son como esponjas, eso está más que claro. Por ello es aconsejable realizar una inmersión lingüística desde edades tempranas en las cuales todavía están aprendiendo su lengua materna. Este proceso nos hace pasar de hablar de aprendizaje a hablar de adquisición del lenguaje. La lengua empieza a formar parte de ellos y cada momento en el que los niños se encuentran expuestos a la nueva lengua, ésta empieza a ser adquirida de manera inconsciente.
Como ya he mencionado anteriormente, es la lengua más hablada del mundo y posiblemente será una de las lenguas del futuro. Es por ello que no está de más que nuestros pequeños empiecen ya a adquirir esta lengua y nos adelantemos un poco al futuro.

El Pueblo Mandarín ofrece unas posibilidades excelentes para que el chino empiece a formar parte de nuestros pequeños donde las actividades al aire libre toman gran peso dentro del aprendizaje ya que pasamos a hablar de la realidad que nos rodea. Los talleres para conocer la cultura china, las clases de conversación donde se hace un uso de la lengua para poder comunicarse.
Por lo que he podido observar en la página web del proyecto Pueblo Mandarín, hablamos de un aprendizaje individualizado donde contamos con un máximo de 10 alumnos por grupo donde el profesor puede centrarse más en las dificultades de cada uno de ellos.
Sin duda alguna, Pueblo Mandarín es una grandísima posibilidad para que niños entre 6 y 14 años empiecen a aprender o mejoren y perfeccionen, en el caso de que ya se hayan iniciado en el aprendizaje de la lengua, el chino. Estoy segura de que los niños van a disfrutar y a su vez aprender con las actividades que el campamento ofrece.
Actualmente no puedo contar con este tipo de campamentos para este verano pero por una simple razón: mi bebé tan sólo tiene 6 meses y poco. Eso no llega a descartar que en un futuro muy próximo, porque el tiempo pasa volando, cuente con el campamento Pueblo Mandarín ya que ofrece gran variedad de actividades lúdicas donde la diversión será la base del aprendizaje.
Sin duda alguna, Pueblo Mandarín es una grandísima posibilidad para que niños entre 6 y 14 años empiecen a aprender o mejoren y perfeccionen, en el caso de que ya se hayan iniciado en el aprendizaje de la lengua, el chino. Estoy segura de que los niños van a disfrutar y a su vez aprender con las actividades que el campamento ofrece.
Actualmente no puedo contar con este tipo de campamentos para este verano pero por una simple razón: mi bebé tan sólo tiene 6 meses y poco. Eso no llega a descartar que en un futuro muy próximo, porque el tiempo pasa volando, cuente con el campamento Pueblo Mandarín ya que ofrece gran variedad de actividades lúdicas donde la diversión será la base del aprendizaje.
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